En el anterior post te hablé acerca del fototipo y por qué es necesario conocerlo, ahora bien, a la hora de exponernos al sol influyen factores como la edad, el grosor de la piel, la intensidad del sol, la época del año (más incidencia de rayos UV), la localización geográfica o, incluso, las medicinas que tomamos.

Por lo que hoy quiero hablarles en referencia a las cremas protectoras solares.

Vamos a empezar por la formulación de las cremas, ¿Cómo se sabe qué factor tiene cada protector? Es decir, su FPS.

Este proceso consiste en probar dichas cremas a varias personas y exponerlas a radiación solar artificial hasta que aparezcan los primeros síntomas de enrojecimiento cutáneo. Con los datos recogidos de la muestra, se hace una media y se obtiene el FPS.

¿Cómo saber qué FPS necesitas?

La función del FPS es prolongar el tiempo de exposición solar sin que llegues a quemarte, de modo que depende del tiempo que tu piel pueda estar expuesta sin llegar a quemarse.

Puedes calcularlo de una manera muy sencilla:

Tiempo que tu piel está sana mientras se expone × FPS = minutos protegida del sol.

Te pongo ejemplo, una piel que presenta cinco minutos de exposición al sol con un FPS 10 puede permanecer cincuenta minutos al sol sin quemarse.

Pero esta ecuación no es exacta porque tienes que tener en cuenta el sudor, posibles baños, o contacto con ropa. A pesar de que el producto ponga que es resistente al agua, en contacto con la misma aproximadamente pierde una eficacia del 50%.

Quiero dejarte bien claro un detalle del maravilloso marketing🥵

Ningún protector solar, por muy alto que sea el FPS, proporciona una protección completa. Solo indica el tiempo de exposición del que dispones antes de quemarte.

Tipos de Protectores Solares

¿No sabías que habían varios tipos no? Pues sí, existen protectores solares químicos, físicos y biológicos.

Los protectores solares con filtros químicos son perjudiciales para nuestra salud y para el medioambiente. Concretamente, la oxibenzona, el octilmetoxicinamato, el octocrileno y el etilhexil salicilato presentes en miles de cremas han sido contaminantes de ríos, lagos y mares, lo que influye directamente en el hábitat marino.

Los protectores con filtros solares físicos son la opción más sana para nosotros y para todo el planeta. Son el óxido de zinc y el dióxido de titanio, cuyo origen es mineral, que se utilizan en la cosmética natural y ecológica.

La diferencia principal entre los químicos y los físicos es que estos últimos no penetran en la piel, sino que se adhieren sobre la epidermis, formando una barrera protectora que refleja tanto los rayos UVB como los UVA.

De todos modos, hay un poco de incertidumbre en cuanto al dióxido de titanio, porque algunos alegan que genera radicales libres en contacto con la luz que pueden dañar nuestro ADN. Aunque en la actualidad este compuesto se emplea en la cosmética natural y ecológica a gran escala, pero en caso de que no quieras arriesgar, siempre tienes la opción del óxido de zinc.

Los filtros solares biológicos son los aceites y las mantecas antioxidantes que evitan la formación de radicales libres, por lo que nos protegen levemente del sol. Su protección es muy baja, así que, si vamos a estar expuestos de forma prolongada, es recomendable utilizarlos como complementos a los filtros físicos. Son la manteca de karité, el aceite de rosa mosqueta (mis favoritos), el de coco el de oliva, entre muchos otros.

En conclusión y sabiendo todo lo anterior, te invito a que leas los ingredientes de tus cremas de protección y te cuestiones si merece la pena🤔.

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